Por Carlos Ferrás Sexto |
CRÍTICA URBANA N. 33 |
La Proxémica es el estudio del uso humano del espacio y los efectos que tiene en el comportamiento, la comunicación y la interacción social. Edward T. Hall, la definió como “las observaciones y teorías interrelacionadas del uso humano del espacio como una elaboración especializada de la cultura”.
En el contexto de la Proxémica debemos entender las relaciones interdisciplinares entre la Geografía Humana y la Psicología Cultural como una oportunidad para la innovación y el desarrollo de proyectos en la frontera del conocimiento. Han comenzado a formularse subdisciplinas geográficas como la Geografía de las Emociones, la Psicogeografía o la Geografía Psicoanalítica, en las cuales se teoriza e interpretan los sentimientos, emociones, estados de ánimo o sufrimientos de personas con problemas de salud o personas en situación de vulnerabilidad.
Se trata de buscar la interrelación entre las emociones y el comportamiento humano y de estos con los lugares, el hábitat y el ambiente social, cultural y económico. Para la Geografía Humana será novedoso impulsar un enfoque menos teórico y más práctico en el sentido de proponer, predecir e intervenir; así como en la investigación de las posibilidades que ofrecen la tecnología de las comunicaciones, los datos georreferenciados con GPS y los teléfonos móviles. Mi proyecto en la School of Social Welfare de la University of California, Berkeley se centra en el conocimiento de los proyectos en marcha sobre salud psicosocial y personas vulnerables en California y en los Estados Unidos, en las utilidades de los datos georreferenciados en sus investigaciones y en un análisis del estado del arte a partir de una revisión sistemática de la producción científica sobre la psicogeografía.
Considero de relevancia avanzar con una reflexión fundamentada sobre las aportaciones interdisciplinares y multidisciplinares, para definir cuáles son las orientaciones y preguntas que deben formularse las investigaciones futuras respecto de las interrelaciones entre el análisis espacial y los sentimientos, la conducta y el hábitat urbano y rural.
La Geografía puede proporcionar análisis territorial y mapeo del contexto, el entorno social y cultural de los lugares de la vida, de la vida cotidiana de las personas, puede desarrollar mapas de salud psicosocial, emociones, sufrimiento, depresión y ansiedad; puede contribuir al diagnóstico biopsicosocial (Ferrás, 2019). Las emociones y el comportamiento humano son contextuales y territoriales y están influenciados por el entorno físico y social. Es importante tener en cuenta que la edad, el sexo, la educación, la migración, la movilidad geográfica, la actividad y las condiciones socioeconómicas en un entorno vulnerable afectan a la percepción y a la conducta de las personas y el uso que hacen de los servicios sociales, de educación o de salud. Las psicopatologías urbanas o rurales como el exceso de ruido, la congestión, el uso del dinero, las relaciones interpersonales o el aislamiento o la soledad generan ansiedad, depresión y trastornos psicosociales que en determinadas circunstancias conducirán a problemas de salud mental, física o social.
La Psicogeografía se vincula a Guy Debord y a la percepción subjetiva de la ciudad, al descubrimiento de las emociones de la persona al caminar por la ciudad sin rutas establecidas; la persona a través de la “deriva” sin rumbo establecido descubre la estética y paisaje urbano anotando sus emociones, y facilitando datos e información para la planificación y diseño de la ciudad y su mobiliario. Hoy en día podemos añadir la producción de datos georreferenciados a través de teléfonos móviles presentes en las vidas diarias de las personas, con lo que se abren grandes posibilidades para la investigación psicogeográfica. Estos datos permiten crear mapas de estado de ánimo personalizados que localizan lugares de mayor o menor estrés en la vida diaria de una persona; permiten el mapeo de emociones, el mapeo cognitivo de los lugares a los que accedemos físicamente o a través de Internet, de nuestros sentimientos y experiencias psicosociales. Se abren grandes posibilidades para la investigación e innovación como por ejemplo en relación con los tratamientos de psicoterapia personalizados y en el análisis ecológico-ambiental de los lugares cotidianos de vida.
La Psicogeografía debe pasar de la teoría a la práctica y proporcionar datos espaciales e información georreferenciada útiles para el tratamiento terapéutico y la salud biopsicosocial; puede desarrollar mapas de estados de ánimo con sistemas de geolocalización; pueden desarrollar atlas avanzados de trastornos psicosociales, de los lugares del sufrimiento, de la depresión y de la ansiedad; pero también puede recopilar, clasificar, ordenar y producir datos espaciales a partir de la diversidad cultural, socioeconómica o ideológica de la personas . El debate se debe centrar en cómo y para quién. Surgen interrogantes del tipo ¿Es posible la terapia comunitaria dirigida a comunidades geolocalizadas vulnerables en lugares específicos? ¿La tecnología de las comunicaciones móviles permiten superar las barreras geográficas de la distancia entre los servicios sociales y de salud y las personas? ¿Permiten la intervención, el asesoramiento y el apoyo, instantáneo en el momento y lugar adecuados? Por lo tanto, se abre un gran camino para la investigación interdisciplinar y multidisciplinar. La Psicogeografía puede contribuir al desarrollo de nuevas formas de intervención social para mejorar la salud biopsicosocial. Pero la relación entre Geografía y Psicología no puede ignorar el uso de los teléfonos móviles y la inteligencia artificial como herramientas de intervención y como dispositivos clave para la producción de datos. El diagnóstico psicosocial puede basarse en el análisis espacial y el mapeo de los lugares que la Geografía puede proporcionar.
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Referencias
Ferrás, C. (2019). La utilidad de los datos georreferenciados con teléfonos móviles para las terapias psicoanalíticas y cognitivo conductuales. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 186-199.
Otros trabajos del autor en https://investigacion.usc.gal/investigadores/58957/publicaciones
Nota sobre el autor
Carlos Ferrás Sexto. Catedrático de Geografía Humana. Universidad de Santiago de Compostela. Profesor Visitante Fulbright en School of Social Walfare. University of California-Berkeley.
Para citar este artículo:
Carlos Ferrás Sexto. La Psicogeografía en la frontera del conocimiento. Crítica Urbana. Revista de Estudios Urbanos y Territoriales Vol. 7, núm. 33, Memoria y ciudad. A Coruña: Crítica Urbana, septiembre 2024.