Por José Luis Oyón y Jere Kuzmanić|
CRÍTICA URBANA N.14
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“Ninguna persona informada que se dedique a la historia del urbanismo se sorprende al oír hablar de “las raíces anarquistas del planeamiento”. La razón principal es que figura como una de las ideas clave del libro clásico de Peter Hall Ciudades del mañana, publicado en 1988.”
Ciñéndose solo al mundo anglosajón, Hall afirmaba con rotundidad que muchos de los primeros ideales del movimiento urbanístico del siglo XX brotaron del movimiento anarquista que floreció en las últimas décadas del siglo XIX y los primeros años del siglo XX. Eso ocurrió en el caso de Howard, en el de Geddes y la Regional Planning Association of America, así como en muchas de sus derivaciones europeas.1
Hall afirmaba además que “las formas construidas de las ciudades deberían surgir (…) de la mano de los propios ciudadanos; que no sólo las grandes organizaciones, públicas o privadas, fueran las que construyeran sino que también habría que abrazar la noción de que la gente construya para sí misma. Podemos encontrar esta noción poderosamente presente en el pensamiento anarquista (…), y en particular en las nociones geddesianas de cirugía urbana rehabilitadora entre 1885 y 1920 (…). Reaparece como ideología fundamental e incluso dominante del planeamiento en las ciudades del Tercer Mundo a través del trabajo de John Turner –procedente él mismo del pensamiento anarquista– en Latinoamérica durante los años sesenta”2. Esa línea constituiría “un elemento crucial” en la evolución intelectual de Christopher Alexander y culminaría en el community design movement, en los años 1970 y 1980 en Estados Unidos y, sobre todo, Gran Bretaña. La idea de la “línea anarquista en la historia del urbanismo” no se alteró en absoluto en las sucesivas reediciones del libro en 1996 y 2002 y se confirmó definitivamente en la cuarta y última edición considerablemente revisada y ampliada, la de Wiley, de hace apenas seis años.
Es importante subrayar el protagonismo en Ciudades del mañana de Patrick Geddes como auténtico puente de articulación entre esos dos momentos históricos donde se dejó notar “la variante anarquista en la historia del urbanismo”. El planner escocés constituiría también el trait d´union con Colin Ward y John Turner en la segunda postguerra. Los años de Ward al frente de la vieja revista anarquista Freedom (1947-1960) serían claves al respecto. Con fuerte raíz kropotkiniana y descentralizadora, pero apoyándose también con firmeza en los regionalistas, la reflexión de un urbanismo desde abajo será por primera vez protagonizada dentro del anarquismo por arquitectos y urbanistas propiamente dichos. El Indore Report de Geddes en la India, de 1917, sería según Hall el documento esencial en el protagonismo que Ward y especialmente Turner darán a la autoconstrucción a partir de los años 1950.
El libro de Hall ha sido poco citado dentro del pujante mundo de la geografía anarquista, donde sin embargo la conexión de Reclus, Kropotkin y otros geógrafos anarquistas del siglo XIX con el regionalismo posterior no ha sido pasada por alto. La revalorización de “las raíces anarquistas de la geografía” se produjo con la aparición de algunos números de la revista Antipode a finales de los setenta. Eclipsada después por la geografía marxista y los estudios feministas, su definitiva eclosión en el mundo académico es bastante reciente, prácticamente de la última década. Los pocos estudios dedicados a la ciudad de esa geografía anarquista han quedado hasta ahora limitados a los geógrafos anarquistas del siglo XIX y las trazas del libro de Peter Hall son allí inexistentes. La única referencia, muy crítica, al libro de Hall es la de Lopes de Souza. Sólo Homobono, desde la sociología y la antropología social urbana, y Oyón desde la historia del urbanismo han situado explícitamente la figura del pensamiento urbano de Reclus y Kropotkin en el hilo de continuidad con Geddes y Mumford siguiendo la tesis de Hall.El impacto de la tesis de Hall dentro de la planning history fue inmediato. En la historiografía del anarquismo interesada en lo urbano ha sido en cambio muy escasa hasta fechas recientes. Y no deja de ser sorprendente. Buena parte del argumento de Hall sobre las raíces anarquistas del urbanismo derivaba de sus contactos con Colin Ward desde finales de los años 60. En especial, la lectura de la compilación de artículos de Ward aparecidos en la prensa anarquista desde 1945 recogidos luego en Housing: an anarchist approach es muy patente en Ciudades del mañana. La estrecha proximidad argumental entre ambos se concretará en iniciativas de Hall que se oponían el planeamiento estatal convencional y propugnaban un urbanismo desde abajo como la de Non-Plan, a finales de los sesenta. Colaborarán más tarde en un libro conjunto sobre la fortuna del modelo de ciudad-jardín para conmemorar del centenario del libro de Howard (1998).
En realidad, las escasas alusiones al libro de Hall dentro del mundo del urbanismo anarquista no significan que no se fuera consciente de su tesis. Al contrario, era obvia para los arquitectos anarquistas de la segunda postguerra. De hecho, lo que Hall hizo fue tomar tardíamente de los escritos de esos arquitectos anarquistas y de personas próximas al regionalismo la idea del largo hilo anarquista en la historia del planning. Desde 1942 George Woodcock había publicado ya una serie de artículos en el diario War Commentar-For Anarchism y folletos sobre planeamiento, urbanismo y regionalismo, sobre ferrocarriles y sobre el campo que habían establecido la conexión entre los geógrafos regionales franceses anarquistas como Reclus a través de Kropotkin, con Howard, Geddes y Mumford y la Regional Planning Association of America, artículos que tuvieron una gran influencia en Colin Ward y otros arquitectos ingleses. Freedom publicó artículos sobre vivienda, urbanismo y regionalismo no solo de Ward sino también de De Carlo y Turner en 1948 (Ward, 1976). Ward recordará varias veces los contactos con esos personajes y sus círculos de simpatías anarquistas, que se prolongarán a principios de los años 1950, con otros anarquistas como Pat Crooke, Maria Luisa Berneri, Herbert Read, o italianos como Zaccaria, Giovanna Berneri. Bajo la denominación de planeamiento orgánico, el hilo histórico anarquista de Ciudades del mañana aparece patente en libros como L´equivoco della città-giardino de Carlo Doglio, publicado antes en entregas de Volontà en 1953, o en la ya más tardía compilación de textos de Pesce (1981). La curiosidad que algunos de los jóvenes arquitectos anarquistas de los años cuarenta y cincuenta tenían por esos autores, como es el caso de Turner, o las afirmaciones de Doglio a principios de los cincuenta (que ya era informado por Zacharia del interés de Geddes y Mumford como urbanistas) es evidente. En la década de 1950 Geddes y Mumford eran pues parte indiscutible del acervo de los anarquistas, el puente ineludible para el posible urbanismo anarquista que dichos arquitectos habrían de desarrollar. Después sobrevino un prolongado silencio hasta fechas muy recientes. Los planning historians no parecen haberse interesado mucho por reseguir, profundizar o corregir la tesis del libro de Hall. Lo que parecía una obvia conexión entre arquitectura, urbanismo y anarquismo para los anarquistas de hace medio siglo ya no es hoy moneda corriente en los medios libertarios, si se exceptúa a algunos historiadores anarquistas como Masjuan.
Seguramente eso tiene que ver con debilidades intrínsecas de la tesis anarquista de Ciudades del mañana. Una de esas debilidades es la de imaginar el anarquismo como un todo homogéneo en el que no parecen existir diferencias entre el mutualismo proudhoniano, el colectivismo de Bakunin o el anarco-comunismo kropotkiniano. Lopes de Souza acierta cuando afirma que ese anarquismo genérico de Hall explica quizás demasiado, algo que se hace muy explícito especialmente en la conexión de Howard con Kropotkin, o de Reclus y Kropotkin con Geddes (2012). Más allá de su pensamiento urbano no exactamente coincidente, los geógrafos anarquistas serían una influencia entre otras (algo que por otra parte se explicita en el libro de Hall y en la que se abunda con nuevas posibles influencias en la última edición del libro en el caso de Howard). Todo ello lleva a la necesidad de precisar historiográficamente mucho más las conexiones de lo que lo hace Hall. Y eso nos lleva a la segunda de las debilidades de la tesis anarquista de Cities of Tomorrow: las conexiones entre Kropotkin y Howard o entre Reclus y Geddes son laxas y en algún caso sólo hipotéticas. Exigen por necesidad un trabajo sobre fuentes primarias que un libro de síntesis como el Hall no contempla por definición.
La tercera de las debilidades de Hall es la de ser demasiado anglocéntrico en su visión de la anarchist strain of urban planning. A pesar de la riqueza inventiva del anarquismo británico de los arquitectos de la segunda postguerra y de las alusiones ocasionales a Giancarlo de Carlo vía Colin Ward, la extraordinariamente rica conexión con el mundo de los arquitectos y urbanistas italianos de la postguerra está ausente en Hall. En especial, la figura de Carlo Doglio permanece silenciada. Tampoco se alude al rico caudal de propuestas municipalistas y de simbiosis campo-ciudad del mundo libertario español, de gran ascendencia reclusiana y sobre todo kropotkiniana y con algunas referencias también a la ciudad-jardín howardiana. La rica tradición de utopías libertarias y de espacios alternativos fuera de la ciudad o en sus márgenes tampoco queda reflejada. Son igualmente olvidados los episodios de luchas urbanas de acción directa, como las huelgas de alquileres del primer tercio del siglo veinte, de gran impacto en algunas ciudades españolas, francesas y latinoamericanas y donde el anarcosindicalismo estuvo especialmente bien representado. Faltan igualmente referencias a un libro tan influyente en el mundo del pensamiento urbanístico anarquista como heredero en la postguerra de la tradición descentralista de Kropotkin adaptada al regional plannnig de Mumford y la RPAA como Comunitas, de los Goodman.Sorprende igualmente la ausencia de referencias al municipalismo libertario y la ecología social de Bookchin, un pensamiento iniciado en fechas tan tempranas como la publicación del seminal Silent Spring de Rachel Carson. Experiencias de autoconstrucción participativa británicas como la de Walter Segal son apresuradamente referidas en el libro, por no hablar de las desarrolladas en otros países europeos por Bernard Kohn, Lucien Kroll u otros.
Evidentemente, a un libro de síntesis y alta divulgación como el de Hall no se le puede pedir subsanar todo eso. Sería una tremenda injusticia para un trabajo absolutamente pionero a la hora de poner en el mapa académico la riqueza y la relevancia del anarquismo para inspirar horizontes alternativos al urbanismo. Ningún otro libro de la planning history ha sabido aproximar tanto esos mundos aparentemente tan alejados y sin embargo tan próximos. Inspirados principalmente por el libro de Hall e intentando combinar rigor historiográfico y pensamiento anarquista, más de uno decidimos investigar aquella anarchist strain of planning history. Lo que debemos hacer no es marginar la tesis de Hall por imprecisa y apresurada que sea, sino desechar a partir de las fuentes las conexiones no demostradas y dotar de rigor a los argumentos plausibles desde un conocimiento más profundo de los autores anarquistas que cita. Se trata justamente de investigar con rigor las conexiones, si las hay, entre esos autores y los grandes episodios del urbanismo alternativo del siglo XX, desde la ciudad-jardín y el regionalismo del primer tercio del siglo XX al urbanismo desde debajo de los años sesenta y setenta. En ello seguimos después de unos cuantos años.
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De Reclus a Geddes
Federico Ferretti ha mostrado recientemente que la colaboración entre Patrick Geddes y Reclus fue trascendental. Recuerda los Summer Meetings organizados por Geddes en Edimburgo a los que asistieron en 1893 y 1895 los hermanos Élie y Élisée Reclus, los contactos desde 1886 a través de Kropotkin y especialmente la amistad y la estrecha colaboración a través de Paul Reclus, el sobrino de Élisée acogido por Geddes en Escocia en 1894 cuando huía de la policía francesa. Paul Reclus y Geddes colaboraron y conservaron su amistad de por vida, incluyendo la de sus respectivas familias. Paul era la mano derecha de Geddes en la Outlook Tower de Edimburgo y la conexión clave. Un argumento principal de Ferretti es que la colaboración entre Geddes y la red de geógrafos anarquistas de Reclus «inauguró estrategias específicas de educación geográfica multisensorial que no se limitaban a la visión y que cuestionaban y relativizaban la unicidad del punto de vista del observador a través de dispositivos como el Hollow Globe (ideado por Paul Reclus), expuestos en la Outlook Tower». Maquetas tridimensionales que podían manipularse estaban presentes en toda la exposición. Los visitantes podían manejar y observar esos mapas geográficos en tres dimensiones que no exageraban la dimensión vertical. El mapa en relieve a escala 1:4.000 de Edimburgo expuesto en la Outlook Tower, que fue construido por Paul Reclus, apelaba a otros sentidos además de la vista y era parte de la misma forma de pensar en el Grand Globe de Reclus, en el que Geddes también estuvo implicado.
Varios geógrafos han afirmado que los orígenes de la Valley Section de Geddes se inspiraron en la idea de la cuenca hidrográfica expuesta por Reclus en su Histoire d´un ruisseau (El arroyo). En esa descripción de los fenómenos de la naturaleza asociados al curso de un río desde su nacimiento hasta su desembocadura, la gran ciudad ocupa la zona más baja del valle, el final del curso del río y allí donde este pierde sus características más naturales. La Valley Secion se presentó por primera vez en Londres en 1905 y se publicó como un sencillo diagrama en 1909. Era la manera gráfica de hacer entender que todo Civic Survey habría de ser en realidad Regional Survey, de que no hay posibilidad de entender la ciudad sin tener en cuenta toda la región desde las fuentes del río hasta el estuario donde se encuentra la gran ciudad. Utilizando correspondencia postal de fuentes de archivo en diferentes archivos europeos, Ferretti demuestra que la Valley Secion no solo se inspiró en la idea de Reclus de cuenca hidrográfica, sino que sugiere más vínculos como la continuidad entre los relieves proyectados para el Grand Globe y la idea de la sección transversal de la cuenca hidrográfica.
No solo hay esas conexiones. Está también la misma idea de distribución de ciudades en la Valley Section expuesta en Civic as applied sociology en 1905. En este artículo fundador, Geddes cita explícitamente sus geógrafos inspiradores para el estudio de la región-ciudad, Metchnikoff y Reclus, anarquistas y colaboradores estrechísimos en la Nouvelle Géogaphie Universelle (NGU). De Reclus, recoge Geddes la idea de distribución regular de la jerarquía de ciudades y de los tiempos de desplazamiento expuesta por Reclus en su The evolution of cities en 1895. Volker Welter incluye un diagrama de esta región fluvial que describe la relación jerárquica entre varios tipos de asentamientos, pueblos, y ciudades dependiendo de su posición en valles secundarios o principales de la cuenca. Sabemos que Geddes realizó correcciones toponímicas para la versión en inglés de algunos volúmenes de NGU. Los distintos volúmenes de esa magna obra en 19 volúmenes toman bastante sistemáticamente la cuenca hidrográfica como criterio de división regional. Encontramos ejemplificadas sobre el terreno de una región-cuenca fluvial, la situación de ciudades-puente, en los lugares de fácil vadeo, la localización de ciudades importantes en la confluencia de los afluentes con el curso principal, la progresiva importancia de las ciudades a medida que nos acercamos a la desembocadura del río.
Podemos descubrir una conexión final Reclus-Geddes en la imaginación anarquista del geógrafo de una ciudad en constante expansión fusionándose con la naturaleza, descrita por primera vez en Le sentiment de nature dans les sociétés modernes (1866). La futura región-ciudad se visualiza como una entidad ilimitada: los ferrocarriles y las vías de comunicación unen diariamente el centro de la ciudad activa con los suburbios tranquilos de casas unifamiliares sin vallar de jardines y huertos y con los más distantes y salvajes espacios de la región. Las infraestructuras de agua y las líneas de transporte ayudan a los desplazamientos pendulares de los habitantes y al suministro de alimentos desde los diferentes espacios de la región. Esta idea se desarrolló más ampliamente en el famoso capítulo XVIII de Histoire d´un ruisseau, donde la integración naturaleza-ciudad toma la forma de un organismo metabólico que debería reproducir el ciclo circulatorio de la sangre en el cuerpo humano. Volker Welter presenta la idea de conurbación de Geddes como muy probablemente influenciada por la noción de Reclus de la ciudad en constante expansión de The evolution of cities.
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De Geddes a Turner
Investigación reciente ha mostrado que la más decisiva y duradera influencia en la formación de Turner como arquitecto desde sus años juveniles fue la de Patrick Geddes. En 1943, como tarea de castigo en la escuela secundaria se le dio a resumir un capítulo de La cultura de las ciudades de Lewis Mumford quedando el nombre de Geddes profundamente grabado en su memoria. Geddes estuvo presente también en sus simpatías anarquistas. El primer artículo de Turner en Freedom trataba sobre la especial relevancia que podría tener para el anarquismo la «aproximación biológica» de Geddes.
A inicios de 1947, había descubierto papeles y libros del escocés con múltiples diagramas holísticos y estudios urbanísticos. El hallazgo marcará sus dos principales intereses de por vida: el pensamiento relacional aplicado a la vivienda y el urbanismo y la autoconstrucción. Entre los papeles de Geddes se encontraba el Indore Report de 1918, inicio histórico del urbanismo de la autoconstrucción auxiliada (Harris, 1998, 2003). Es significativo que el único profesor en la memoria de sus años en la Architectural Association (AA) sea Walter Segal, un arquitecto criado en la colonia anarquista de Monte Verità y más tarde emigrado a Inglaterra, donde desarrolló un sistema de construcción seriada con paneles ligeros y entramado estructural muy adecuado según Turner para la autoconstrucción.
Desde el momento en que descubrió los diagramas geddesianos, se sumergirá con dos de sus amigos de la AA en la interpretación de los mismos y en su posible aplicación al campo de la arquitectura. Esa inmersión en el pensamiento del escocés a través de los diagramas será absolutamente trascendental en su biografía y en su visión relacional de la vivienda y de la ciudad. Debido a su interés en Geddes, recibió de Jacqueline Tyrwhitt el encargo de escribir un breve apéndice sobre el significado del más completo de esos diagramas para la reedición del libro de Geddes Cities in evolution, el conocido como Notation of Life, la thinking machine publicada por Geddes en 1927. Tyrwhitt, directora y profesora del breve curso para soldados-estudiantes de la Association for Planning and Regional Reconstruction, fue una influencia fundamental para Turner. La ardiente discípula de Geddes enseñaba allí planeamiento regional y acababa de editar Patrick Geddes in India, otro libro inspirador para el futuro trabajo de Turner (Shoshkes, 2017). La tesis central del texto de Turner para la reedición de Cities in evolution era que la Notation of Life contribuye decisivamente a pensar de forma no analítica sino relacional. Es fundamental estudiar las relaciones recíprocas entre el entorno o lugar (environment o place) y el organismo (o folk) a través de la función (function) [e-f-o/o-f-e]. La influencia de Geddes en el grupo de Turner se reflejó en dos números de Plan, una revista para estudiantes publicada en la AA en 1949 y 1950. Como en Geddes y Mumford, la palabra clave es comunidad. En la escuela de verano de Venecia del CIAM en 1952, Turner se encontrará con el arquitecto peruano Eduardo Neira, quien ya había traducido el texto de Turner sobre la Notation of Life geddesiana para sus estudiantes de urbanismo en Lima.
En 1955, Neira informó a Turner sobre la posibilidad de trabajar en vivienda en Perú. Las conferencias dadas a la llegada de Turner a Perú a principios de 1957 revelan nuevamente la influencia del escocés. En junio de 1957, Turner llegará a Arequipa, en un proceso explosivo de urbanización y ocupaciones de barriadas periféricas. Preparará un plan ambicioso y escribió un informe interesante utilizando los diagramas cuatripartitos de Geddes. Las conclusiones del famoso número de Architectural Design de agosto de 1963 fueron el primer manifiesto importante de Turner a favor de la vivienda autoconstruida. Es interesante observar cómo su visión relacional de la vivienda ya se hace explícita allí: para comprender una casa es necesario comprender la naturaleza del proceso urbano en el que se inscribe, la vivienda como producto y su impacto en la vida de quienes la usan, todos ellos factores relacionados entre sí.
En realidad, Turner ha estado afirmando durante años que, más allá de la vivienda autoconstruida —el campo por el cual fue reconocido mundialmente durante las décadas de 1970 y 1980—, su principal contribución a los estudios de vivienda ha sido que la realidad de la vivienda reside en sus relaciones. Para explicar tales relaciones, habla de tres funciones básicas del entorno de la vivienda: una seguridad razonable de tenencia; una función de refugio derivada de la dimensión y características de confort —o modernidad— de la casa; y una localización adecuada dentro de la ciudad —proximidad al lugar de trabajo y a los equipamientos y redes comunitarias de parientes y paisanos. Desde su esencial Una nueva visión del déficit de la vivienda de 1966, el significado de la vivienda no reside en el objeto en sí, sino en las relaciones más amplias de la gente usuaria con el entorno de su vivienda. Aquí, las primeras preocupaciones del arquitecto por estudiar la relación bidireccional entre el entorno y el organismo (environment and organism) a través de funciones están nuevamente presentes. Como en la interpretación de la Notation of Life, la realidad de los objetos, de la vivienda en este caso, solo se concibe en sus relaciones.
Basado en una investigación con Rolf Goetze, Uncontrolled Urban Settlements: Problems and Policies (1966) insistía en estas funciones esenciales al analizar el problema de la vivienda. La visión relacional de Turner sobre la vivienda reaparecerá en sus dos textos principales de la década de 1970, Freedom to build y Housing by people. Insistirá en el estudio de las funciones y prioridades en la demanda de vivienda, dando relevancia una vez más a la utilidad para quienes la usan por encima de los niveles materiales de la casa como un mero objeto. Todos juntos el confort, la seguridad de la tenencia y la localización deben considerarse al juzgar el valor global de una casa. La cuestión clave no es lo que la vivienda es como objeto, sino qué hace la vivienda para la gente que la usa: la vivienda no como sustantivo, como objeto, sino como un verbo. Hasta hoy mismo, el arquitecto inglés insiste todavía en esta visión relacional de la vivienda. A la edad de 92 años, el arquitecto trabaja incansablemente en su estudio de Hastings. Obsesionado con su Framework, un ambicioso instrumento para indexar actividades de place making, ha regresado nuevamente a Geddes, donde comenzó hace ahora setenta años. En realidad, nunca lo abandonó.
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Notas
1 Hall, Peter. Cities of tomorrow. An intellectual history of urban planning and design since 1880. 4ª ed., Chichester: Wiley-Blackwell, 2014, p. 3.
2 Hall, 2014, p. 9.
Nota sobre los autores
José Luis Oyón es catedrático de la Universitat Politècnica de Catalunya en la Escola Tècnica Superior de Arquitectura del Vallès. Ha dedicado su actividad investigadora a la historia urbana. Entre sus publicaciones se pueden destacar: Atlas histórico de ciudades europeas (Barcelona, Paris, 1994, 1996), La quiebra de la ciudad popular. Espacio urbano, inmigración y anarquismo en la Barcelona de entreguerras, 1914-1936, Barcelona, 2008. En los últimos años se interesa por la ciudad en el pensamiento anarquista: La ciudad en el joven Reclus, 1830-1871, Barcelona, 2017 y, en colaboración con Golda-Pongratz y Zimmermann, Autoconstrucción. Escritos de John F. C. Turner sobre vivienda, urbanismo, autogestión y holismo, Logroño, 2018. Es miembro del equipo asesor de Crítica Urbana.
Jere Kuzmanić (Split/Barcelona). Es asistente del Departamento de Urbanismo de la Facultad de Ingeniería Civil, Arquitectura y Geodesia de Split. Inició sus estudios de doctorado en la UPC, Barcelona, sobre historia del urbanismo protoecológico con profesor José Luis Oyón como tutor. Participa en una serie de investigaciones científicas, profesionales y activistas en el campo del urbanismo y los estudios urbanos críticos. jerekuzmanic@gmail.com
Para citar este artículo: José Luis Oyón y Jere Kuzmanić. ‘Ciudades del mañana’ y la tradición anarquista en la historia del pensamiento urbanístico del siglo XX. Crítica Urbana. Revista de Estudios Urbanos y Territoriales Vol.3 núm. 14 Metrópolis, ¿única alternativa?. A Coruña: Crítica Urbana, septiembre 2020. |