Por Caroline Mignot, Gabriel Gómez |
CRÍTICA URBANA N. 33 |
La cárcel Modelo de Barcelona esconde un fresco. Tal vez algún día se redescubra debajo de las capas de pintura que lo tapan con tal de invisibilizar las memorias.
Encontrarán el retrato de un niño sobre las rodillas de su madre. El niño se llama Gabriel y es el hijo de Mercedes Plana, barcelonesa, hija de Águeda Peralta y Manuel Plana, militar de la República. Modelo ella para el pintor Togores y figurante en los estudios de cine Orphea Films en Montjuïc, Mercedes falleció de tuberculosis por las miserias de la posguerra, cuando el niño tenía tres años, en 1946. Su compañero y padre del niño era un preso político llamado Helios Gómez. Él, hasta 1945 todavía colaboraba en la impresión de material clandestino en Barcelona.
La Capilla gitana: el fresco censurado
Helios Gómez fue detenido ocho años en la cárcel Modelo de Barcelona entre 1945 y 1954, sin juicio ni sentencia: anarquista, sindicalista de la CNT, militante revolucionario, comunista antiestalinista; era un grafista cuya geométrica iconografía política se emparenta con las vanguardias artísticas de los años 30. Publicado en la prensa progresista antifascista catalana, española y europea, pintor y poeta, fue fundador y presidente del Sindicat de Dibuixants Professionals de Catalunya entre 1936 y 1939 y todavía editor del boletín El Frente, de la división Durruti, hasta el exilio del invierno 1938. Este artista gitano andaluz trianero, nacido en 1905, afincado desde 1926 en Barcelona, capital, con Sevilla, de las luchas obreras anarquistas, inscribió en las paredes de la Modelo un testimonio mayor: su dispositivo artístico señala el emplazamiento del corredor de la muerte.
Entre los diminutos papeles manuscritos de su padre que descifró Gabriel, encontró también tres pequeños resguardos de vacunación antivariólica expendidos por la enfermería: en 1956, con 13 años, el hijo escuchó murmurar los numerosos compañeros que lo abrazaban a él en el entierro de su padre -muerto de cirrosis según el parte médico- que semejante vacunación puede dañar el hígado. La arqueología del silencio en España, segundo país por el número de desparecidos-desparecidas después de Camboya, todavía queda pendiente.
Además de “vigilar y castigar”, reeducar también a las familias
El conjunto de frescos en la celda número 1 del primer piso de la cuarta galería de la cárcel Modelo es conocido como la “Capilla Gitana”. Hasta 1950 el pintor que había rechazado pasarse al sindicato vertical del régimen franquista, tampoco quiso pintar a cambio de algún privilegio, como le requería el director espiritual del establecimiento, el sacerdote mercedario Bienvenido Lahoz. Gabriel recuerda que, en una carta desde la cárcel, su padre le había dibujado un conejito saltando una valla, pero indicándole que tenía prohibido dibujar.
Cuando Helios accedió finalmente a realizar una madona, fue para pintar en clave política una celda al lado de las de los condenados a muerte, pequeño espacio de recogimiento antes de la excarcelación para la ejecución. Evidencia los rasgos étnicos de los perseguidos y el suplicio de redención forzada: La Virgen de la Merced, patrona de Barcelona, se trasforma en Moreneta, santa Sara gitana y Gabriel en niño Jesús, un molinillo de viento en la mano en vez de bola del mundo; a los pies de la madona, retrata a sus camaradas presos heridos, padeciendo ligaduras con alambradas de espinos (entre ellos Joan Rocabert, militante del POUM, el de la cabeza vendada). En el dintel, un alegre coro flamenco de ángeles gitanos toca la guitarra, la pandereta i las castañuelas. La propaganda marianista católica recuperó la imagen para el discurso oficial: un testimonio de redención de un gitano comunista.
Paralelamente, el militante libertario crea en la prisión una obra poética en base al mito y la idealización de la cultura gitana, extrapolado al ideal libertario y republicano, en los géneros poéticos españoles: romance y sonetos de tradición oral, coplas andaluzas de los cantaores de su Triana natal, también expresión poética revolucionaria alentada durante la segunda República en guerra.
La Capilla Gitana era asequible el día de la Merced, único día en que los hijos e hijas podían convivir con sus padres en la cárcel… Hasta su censura: la parte inferior con las alambradas desaparece hacia 1968. En democracia, hacia 1980, una definitiva capa de pintura blanca tapa toda la obra.
1980 es también el año en que se desmantela la institución del Patronato de Beneficencia de la Virgen de la Merced, servicio del Ministerio de Justicia encargado de la redención de los presos y presas por el trabajo, así como del control de sus familias.
De hecho, es este Patronato que supervisaba el internado de beneficencia perdido en los bosques de Collserola, en “Can Puig”, donde fue creada la Ciudad de los Muchachos, en el cual es internado Gabriel, a los 9 años, al separarlo de su padre encarcelado; junto con 152 niños de familias pobres de Barcelona y Galicia.
En el ábside de la capilla del internado, ahora almacén, todavía se puede ver el fresco pintado en 1951 para la inauguración: la llegada en barco de los frailes de la orden de la Merced, fundada a principios del siglo XIII por San Pedro de Nolasco, fallecido en Barcelona, para el rescate de los presos cristianos en tierras musulmanas.
La dictadura franquista no atañe al pasado: pertenece a la tipología de sistema ideológico institucionalizado de control social que se ejerce sobre varias generaciones y colaterales, insuflando sus valores por coacción, mediante el terror, la vergüenza, la culpa y el olvido, cuya trama en las mentes y en el territorio se va progresivamente tapando y borrando, impidiendo acceder a su identificación.
Un Modelo de cárcel
Desde mediados de los años 90, la Associació Cultural Helios Gómez, SOS Monuments en defensa del Patrimonio (SOSM) y la Asociación de Expresos Políticos de Cataluña (AEPP) principalmente, empezamos un movimiento reivindicativo -hasta el día de hoy – más allá de la denuncia de la especulación inmobiliaria en el Eixample de Barcelona (el barrio racionalista ideado por el urbanista Ildefonso Cerdà para ampliar la ciudad a las afueras de la muralla medieval). Se trata de evitar la recalificación en zona edificable del total de 22.000 m2 de zona de equipamientos y zona verde (14.000 m2), o sea dos manzanas del Eixample, con el fin de preservar el emblemático panóptico: la Cárcel Modelo. Se consiguió mantener la calificación del suelo y que se inscribiera el monumento en el Catálogo de Protección del Patrimonio Arquitectónico municipal en 2002.
En 2017, con el cierre definitivo y la cesión del dominio al Ayuntamiento, el consistorio inició un proceso de consulta ciudadana de dos años -de muy escasa participación. Todavía en el 2024 el proyecto adoptado no resulta claro y el Ayuntamiento insiste en mutilar parte de las galerías y de la zona ajardinada y en construir pisos.
Memoria viva
Puede que la gentrificación y la mercantilización urbana impidan sentir el latido que vincula las cosas con nuestra humanidad. Patrimonio y Matrimonio sería lo que intentemos transmitir -sin tampoco utilizarlo como mero decorado de eventos o expeditivo memorial- por su valor artístico, histórico, social, humano, material e inmaterial… Todos los criterios abogan a conservar la Modelo, para liberar la verdad sellada por la Ley de Amnistía de 1977, para entender, recordar i no repetir, imposibilitando relativismo y negacionismo. Porque la Modelo no es “lugar de memoria”, sino que el espacio geométrico represivo en sí mismo es memoria, por su concepción, estructura y uso político es el cuerpo de memoria de los presos, presas, trabajadores, familiares y, más allá, de la ciudad y reflejo de su sociedad: bajo tres dictaduras, dos repúblicas, dos monarquías, varios golpes de Estado, entre rebeliones, revolución, contrarevolución y guerra civil, encerrando presidentes y ministros republicanos, homosexuales, políticos, sindicalistas, delincuentes y criminales, llevando al pedagogo anarquista Francesc Ferrer i Guàrdia al patíbulo en 1909, ejecutando en el garrote vil al anarquista Salvador Puig i Antich en 1974.
Edificio emblemático construido en 1904 por reconocidos arquitectos del estamento barcelonés, previsto para encerrar 800 detenidos, debe su nombre al modelo de vigilancia total concebido en el Siglo de las Luces por el filósofo inglés Jeremy Bentham y su hermano -arquitecto y constructor- Samuel, como nuevo sistema de control de presos: seis galerías radiales articuladas alrededor de una torre central que permite una vigilancia panorámica constante. El modelo, adoptado alrededor del mundo, perduró hasta mediados del siglo XX, en el que muchos panópticos fueron reconvertidos en museos y lugares de memoria del sistema carcelario, otros derrumbados y sus huellas borradas, como la cárcel de Carabanchel en Madrid, construida en 1940 y arrasada por decisión municipal en 2008.
De universidad popular a centro de arte social
La Modelo no solamente encarna memorias individuales dolorosas, sino también la memoria colectiva de ideales y proyectos de “empoderamiento” popular, como se nombraría ahora, en educación, economía, salud, cultura…, tal como el cooperativismo obrero que creó relaciones socioeconómicas basadas en la solidaridad y el mutualismo de la Barcelona decimonónica hasta la revolución española del 36, la autogestión y las colectivizaciones, frente al extractivismo del capitalismo industrial. Se erige como símbolo de contrapoder por la red activa tejida entre sus rejas, entre “políticos” proletarios y notables, entre “políticos” y presos “sociales” -a finales de 1976, la emergencia de la COPEL, para cambiar las condiciones de detención-, a lo largo de un siglo: desde 11.000 presos en los primeros años del franquismo a 1.200 en los 50.
Y en definitiva, la historia que se pretende tapar también es la que en torno a la Capilla gitana quedaría reflejada en imágenes por el cartelismo, por las ilustraciones y los grafitis sociopolíticos, modo de expresión de Helios Gómez y de sus camaradas.
Nota sobre los autores
Gabriel Gómez, interiorista de profesión después de cursar estudios de diseño en la Escuela industrial de Barcelona; hijo y biógrafo de Helios Gómez, en 1998 crea la Associació cultural Helios Gómez para divulgar la obra de su padre, luchar para la conservación de la cárcel Modelo, la restauración de la Capilla gitana y la creación de un Centro de arte social en la exModelo de Barcelona. www.heliosgomez.org
Caroline Mignot, doctora en historia, paralelamente a trabajos académicos como historiadora y gracias a encuentros en la fábrica autogestionada vecinal Can Batlló de Barcelona, comenzó a documentar en video las historias que colecta: proyectos de ayuda mutua y colectivos de barrio (El Carmelo de Barcelona; la Modelo); en los Pirineos catalanes: exilio republicano; lenguas y culturas tradicionales y populares; campesinas, herboristas y ganaderas. www.experiencessensibles.org
Para citar este artículo:
Caroline Mignot, Gabriel Gómez. La Modelo de Barcelona, invisible memoria colectiva. Crítica Urbana. Revista de Estudios Urbanos y Territoriales Vol. 7, núm. 33, Memoria y ciudad. A Coruña: Crítica Urbana, septiembre 2024.