Por Gabriel Gómez Carmona |
CRÍTICA URBANA N.14
|
“El actual mundo urbano se caracteriza por un crecimiento desbordado de las ciudades, consecuencia de una continua expansión urbana fomentada por el modelo de desarrollo económico vigente dando como resultado que en 2014 el 54 por ciento de la población mundial residiera en áreas urbanas y estimando que para 2030 la cifra alcance un 66 por ciento.”
Esto da como resultado realidades urbanas enormes, complejas y contradictorias por donde se les analice, al grado de que hoy se usa el término megaciudades para hacer referencia a ciudades que rebasan los 10 millones de habitantes con fuertes procesos de metropolización, es decir, conurbaciones que se articulan funcional, territorial, económica, política y demográficamente, dando lugar a enormes zonas metropolitanas. En 2014 la ONU documentó la existencia de 28 megaciudades, lideradas por Tokio con 38 millones de habitantes, Nueva Delhi con 25 millones, Shangai con 23 millones y Ciudad de México, Bombay y Sao Paulo con 21 millones, previendo que para el 2030 existan 41 megaciudades a nivel mundial.
El continuo crecimiento de las megaciudades dio paso a la creación de zonas megalopolitanas, gigantescos territorios en los que se da la unión funcional y económica de varias zonas metropolitanas con macro interrelaciones espaciales entre ellas.
Estas megaciudades buscan atraer inversiones, tanto nacionales como extranjeras, para asegurar su desarrollo (productivo, tecnológico, científico y financiero) e influencia regional (Ciudad de México, Sao Paulo, Nueva Delhi) que en diversos casos es de escala global, como sucede con Nueva York, Londres, Tokio o Shangai.
Estos conceptos (megaciudades, metrópolis y megalópolis) vienen a modificar la clásica noción que permitía entender qué es la ciudad y se instauran como nuevos conceptos que permiten aproximaciones inter y transdisciplinarias para analizar la compleja realidad urbana planetaria y los problemas que conlleva (pobreza, desigualdad, exclusión, delincuencia, gentrificación, fragmentación urbana, contaminación ambiental, gasto excesivo de recursos naturales) cuestionando si este modelo de urbanización es la única vía para un desarrollo urbano sostenible.
El caso del crecimiento urbano en México permite comprender el alcance de estos conceptos teóricos, además de ejemplificar las enormes disparidades y contradicciones de los procesos de metropolización junto con los retos que, en el corto, mediano y largo plazo representan.
De esta forma, de acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO), México contará en 2020 con una población estimada en 127.8 millones de habitantes. En el año 2000 el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) contabilizaba 55 zonas metropolitanas en todo el país, para 2010 sumaban 59, mientras que para 2015 el número había incrementado a 74, lo que habla del crecimiento desmedido del proceso de urbanización y metropolización en México, traducido en retos y complejas problemáticas urbanas por resolver.
En 2010 las 59 zonas urbanas concentraban 63.8 millones de habitantes, lo que representaba el 56.8 % de la población nacional, además de generar el 77.1 % de la producción bruta total, lo que representaba el 72.6 % del personal ocupado y el 83 % de las remuneraciones, ambas a nivel nacional. Tan sólo para 2015 sus habitantes aumentaron a 75.1 millones, es decir, el 62.8 % de la población nacional.
La Ciudad de México (CDMX) con sus 16 Alcaldías forma parte de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), integrada, además, por 59 municipios del Estado de México y 21 municipios del Estado de Hidalgo, es la zona metropolitana más grande, poblada e importante de México, cuyo crecimiento se remonta a la segunda mitad del siglo XX.
En 2010, la ZMVM contó con 20.1 millones de habitantes, lo que representaba el 17.9% de la población nacional. Para 2013, tenía 5.1 millones de personas laborando en alguna actividad económica, lo que constituía el 23.6% del total nacional y generó para ese mismo año el 26.3% de la producción bruta nacional. El CONAPO estima que para el 2020, la ZMVM concentrará una población de 21.95 millones de habitantes.
Para comprender mejor la magnitud de esta gigantesca realidad urbana, cabe señalar que la ZMVM articula además funcional y económicamente a su alrededor, otras 10 zonas metropolitanas del centro de México (Tula, Pachuca, Tulancingo, Tlaxcala-Apizaco, Puebla-Tlaxcala, Cuautla, Cuernavaca, Tianguistenco, Toluca y Querétaro) las 11 en conjunto, concentraban 29.3 millones de habitantes en 2010 y generaron de acuerdo con datos del INEGI en 2013 un 36.7 % de la producción bruta nacional. CONAPO estimó que para 2015 concentrarían una población de 30.9 millones de personas, mientras que para 2020 alcanzarán una población de 32.8 millones de habitantes, lo que deja ver la magnitud de la zona megalopolitana del centro de México, bajo la gran articulación de la Ciudad de México y la Zona Metropolitana del Valle de México, la más grande de Latinoamérica.
Los retos y necesidades de esta megalópolis rebasan por mucho la realidad y economía de diversos países a nivel mundial, incluidos algunos latinoamericanos, pues tan sólo su población supera por millones la población total de Chile y si a ello se suman factores como el hecho de que la CDMX es la única ciudad de su tipo situada por encima de los 2 000 m. sobre el nivel del mar, que se asienta sobre lo que fue un lago y se ubica en una zona potencialmente sísmica, (siendo el último terremoto trágico, el del 19 de septiembre de 2017, exactamente 32 años después del devastador terremoto de 1985), sus problemas urbanos aumentan exponencialmente a niveles sorprendentes.
Lo descrito para el caso mexicano no representa un proceso urbano ideal, por el contrario, habla de una realidad urbana que puede llevar en el futuro inmediato a más de una ciudad al colapso por el hecho de que la disponibilidad de recursos (tierra, agua, energías fósiles) cada día se ve más comprometida a escala global. El desarrollo de la ciudad con base en los postulados del urbanismo moderno es un paradigma superado en diversas latitudes, ahora la movilidad de tercera y cuarta generación, la resiliencia urbana y el Derecho a la Ciudad son la actualidad del debate, por lo que garantizar el respeto de los derechos humanos de todos los habitantes (acceso a vivienda digna, salud, educación, agua, empleo, seguridad, movilidad, no discriminación, etc.) debe ser la premisa ante un mundo urbano desbordado por una práctica urbano-arquitectónica neoliberal, voraz y elitista, que compromete la sostenibilidad de la ciudad y la fragmenta en dos: la ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres.
La magnitud de los datos presentados permite comprender las complejas relaciones funcionales y económicas entre estas 11 zonas metropolitanas del centro de México y son un buen ejemplo de los descomunales retos que las zonas megalopolitanas representan, además de cuestionarnos qué tan sostenible y resiliente podrá ser ese modelo de desarrollo urbano para el futuro inmediato. La Covid-19 demostró que las ciudades son frágiles y que su colapso puede darse por circunstancias imprevistas en poco tiempo, teniendo como saldo millones de persones afectadas cuyas vidas no volverán a ser igual, lo que pone al centro del debate que la ciudad neoliberal no es la vía correcta para un desarrollo urbano sostenible planetario.
|
Para más información
http://www.conapo.gob.mx/en/CONAPO/Delimitacion_de_Zonas_Metropolitanas
https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/ce/2014/doc/minimonografias/m_zmm_ce2014.pdf
https://www.un.org/development/desa/es/news/population/world-urbanization-prospects-2014.html
|
Nota sobre el autor
Gabriel Gómez Carmona. Doctor en Urbanismo. Profesor investigador de la Facultad Mexicana de Arquitectura, Diseño y Comunicación, de la Universidad La Salle, México. gabriel.gomez@lasalle.mx.
Para citar este artículo: Gabriel Gómez Carmona. Metropolización latinoamericana. El caso de Ciudad de México. Crítica Urbana. Revista de Estudios Urbanos y Territoriales Vol.3 núm. 14 Metrópolis ¿única alternativa?. A Coruña: Crítica Urbana, septiembre 2020. |