Por Hocine Aliouane- Shaw |
CRÍTICA URBANA N.30 |
A lo largo de 2019, el colectivo Bruit du frigo (Ruido de nevera), con sede en Burdeos, ha sido invitado a realizar una residencia artística en el Instituto Francés de Casablanca. Lo que lo hace especial es que implementa enfoques colaborativos para transformar el entorno de vida que involucran activamente a los residentes locales con equipos de arquitectos, constructores y artistas. Durante su exploración de la ciudad, el colectivo descubrió el barrio de El Firdaous y sus dos espacios emblemáticos: el lago Oulfa y la plaza El Firdaous, cruce comercial del barrio donde se reúnen a diario los habitantes.
Enclavado en el corazón del barrio Al Firdaous de Casablanca, el lago El Oulfa se encuentra en el emplazamiento de una antigua cantera creada durante el protectorado francés para proporcionar la piedra necesaria para construir el puerto de Casablanca. Esta masa de agua de nueve hectáreas es el resultado de una profunda explotación de canteras que dio lugar a varios manantiales de agua, lo que convierte al lago El Oulfa en uno de los raros humedales de Marruecos en un entorno urbano y en uno de los últimos santuarios de la naturaleza, hogar de unas veinte especies de aves acuáticas.
De oasis natural a páramo urbano
Situado en las afueras de Casablanca, el barrio de El Firdaous se ha visto invadido por una urbanización masiva que ha provocado el deterioro progresivo del lago y sus alrededores, sobre todo por el vertido incontrolado de aguas residuales. Esta contaminación ha ido convirtiendo el lago en una fuente de molestias para los residentes locales, que han empezado a utilizar la zona como vertedero. En respuesta a esta situación, varias organizaciones pusieron en marcha en 2009 una serie de estudios. En 2018 se tomaron medidas concretas para limpiar el agua del lago, con la instalación de un sistema para interceptar los vertidos ilegales de aguas residuales y aireadores para oxigenar el agua y mejorar su calidad. Sin embargo, estas diversas iniciativas parecen estar compartimentadas y no forman parte de un proceso inclusivo que implique activamente a los residentes locales en la preservación del lago y, más ampliamente, del medio ambiente local.
El colectivo Bruit du frigo, impresionado por la poética del lugar y viendo su potencial para convertirse en un espacio público importante para el barrio y la ciudad en su conjunto, decidió poner en marcha un proyecto destinado a animar a los residentes a apropiarse del futuro de la plaza el Firdaous y el lago de Oulfa de forma colectiva y positiva. Este enfoque pretende también sensibilizar a los poderes públicos sobre la importancia de valorizar y preservar el lugar, implicando a los vecinos. Así nació La fabrique du Lac (La fábrica del lago), un proyecto artístico participativo cuya estrategia consistirá en tomar masivamente la plaza El Firdaous, iniciando al mismo tiempo acciones en torno al lago. Este proyecto, que combina un proyecto de construcción participativa con un programa de eventos y actividades culturales, está vinculado a un taller pedagógico coordinado por un profesor-investigador de la École Nationale Supérieure d’Architecture et de Paysage de Bordeaux (ENSAPbx). El colectivo instaló en la plaza El Firdaous una fábrica temporal de muebles, compuesta por un taller de producción y una zona de recepción pública. Se informó a los residentes de la oportunidad de venir a diseñar y, en su caso, fabricar mobiliario urbano para instalarlo en la plaza y alrededor del lago. La fábrica fue un gran éxito popular, funcionando a pleno rendimiento durante casi 15 días. Las acciones del colectivo, los estudiantes y los residentes voluntarios remodelaron profundamente el aspecto de la plaza y la zona que rodea el lago, utilizando mobiliario urbano efímero para prefigurar posibles futuros.
La narración como herramienta de mediación
Aprovechando el impulso creado por los ciudadanos, al año siguiente se lanzó una segunda edición centrada en el lago y sus alrededores. En esta ocasión, el taller pedagógico decidió centrar su trabajo en la producción y animación de una herramienta de mediación para implicar a los residentes locales, y en particular a los niños de la zona, en la reflexión sobre el futuro del lugar.
Bruit du Frigo y los alumnos de ENSAPbx iniciaron el proceso de reflexión con un paseo colectivo alrededor del lago. Durante este paseo, se identificaron y cartografiaron conjuntamente varias situaciones espaciales con gran potencial de transformación. Se trataba principalmente de zonas en las que proyectos de construcción y desarrollo efímeros, y a pequeña escala, podrían prefigurar futuros desarrollos, preservando el lago y convirtiéndolo al mismo tiempo en un espacio público abierto a todos.
Para entablar un diálogo con los residentes locales e implicarlos en la reflexión en curso, los estudiantes se implicaron en un sistema de mediación. Propusieron organizar paseos temáticos en grupo con distintos públicos, en particular los niños con los que interactuaban a diario. De ahí surgió la idea de crear un cuento que transmitiera un mensaje ecológico, sensibilizando a los niños sobre la belleza del lago, su fragilidad y la necesidad de preservarlo.
A continuación, el taller educativo se dedicó a construir una historia arraigada en la geografía y la poética del lugar, alimentada por intercambios improvisados con los habitantes humanos y no humanos encontrados en el lugar. Las bases y la estructura narrativa del relato se establecieron en estrecha colaboración con un pequeño grupo de alumnos de la Escuela de Bellas Artes de Casablanca. Rápidamente se perfiló una estructura narrativa específica, que ponía en juego elementos narrativos arraigados en la cultura local, como los Djinns. Estos seres sobrenaturales, que desempeñan un papel importante en la cultura y la mitología árabes, son capaces de adoptar diversas formas, incluidas las animales, y están dotados de poderes mágicos y libre albedrío.
Titulada Zahra et le monstre du Lac (Zahra y el monstruo del lago), la historia sigue la estructura tradicional del cuento magrebí. Comienza con una introducción que fija el escenario y el contexto de la historia: dos pueblos de la región de Anfa (antiguo nombre de Casablanca) que viven en armonía con un lago y una naturaleza de gran belleza. Una noche, un misterioso objeto es arrojado al lago, perturbando sus aguas y desencadenando un monstruo furioso que devora a cualquiera que se acerque al lago. Se plantea entonces un grave problema: ¿cómo restablecer la armonía y la paz en el lago?
La protagonista que intenta resolver este problema es una niña llamada Zahra, cuyos padres desaparecieron unos años antes a orillas del lago. El lago se ha vuelto peligroso para sus habitantes, que lo han abandonado y ahora vierten en él sus basuras. En la víspera de su séptimo cumpleaños, la joven heroína emprende una búsqueda que la llevará a recorrer todo el lago, encontrándose por el camino con personajes míticos, superando pruebas y adquiriendo conocimientos y habilidades. En cada etapa de su búsqueda, encuentra ayudantes en forma de animales e insectos. A menudo se encuentran en dificultades, y Zahra es capaz de ayudarles mediante la reflexión y el esfuerzo. A cambio, estos seres benévolos la ayudan en su búsqueda dándole lecciones y consejos. Cuando llega el momento de despedirse, siempre le regalan un objeto mágico y le indican dónde encontrar al Djinn que custodia el lugar. En cada etapa, Zahra invoca al Djinn que, cuando aparece, le plantea un desafío que ella afronta con malicia e inteligencia. Entonces recibe la llave mágica del lugar, que le permite continuar su búsqueda.
La aventura de Zahra alcanza su punto culminante cuando por fin se encuentra cara a cara con el monstruo del lago. En este momento decisivo de su viaje, todo lo que ha aprendido en sus diversos encuentros le permite entablar un diálogo pacífico con el monstruo, que conducirá al restablecimiento del equilibrio y la armonía entre el lago y los pueblos circundantes.
Correspondencias entre la historia y la realidad sobre el terreno
Los ayudantes que asisten a Zahra en su búsqueda se inspiran en habitantes humanos y no humanos, encontrados durante sus diversas andanzas por el campo: la perra y sus dos cachorros, la cabra Toto, el burro, la tortuga de agua, el escarabajo y las hormigas. Los Djinns son quimeras cuya apariencia física viene determinada por un elemento destacado del entorno en el que viven: la tierra, el aire, el agua y el fuego.
En el curso de su construcción escrita y gráfica, el cuento se revela como una “mitogénesis” capaz de generar nuevas percepciones y representaciones del territorio para sus oyentes, trascendiendo el estado actual existente y a menudo degradado.
Las etapas que jalonan la búsqueda de Zahra corresponden a las situaciones identificadas conjuntamente con el colectivo Bruit du frigo durante el paseo colectivo. Como parte de la narración, los lugares y edificios existentes, así como los dispositivos efímeros creados por Bruit du frigo, se invisten de una nueva historia e imaginación, dando lugar a una toponimia única: La Forêt Inversée, La Terre Brulée, Le Diwan de La Falaise, La Grotte, La Berge du Lac, La Maison des Savoirs, etc.
El relato da lugar a una cartografía inédita del lago y su entorno. Las distintas situaciones identificadas dan lugar a una “geografía profunda” del lugar, revelando un archipiélago de espacios interdependientes articulados en torno al lago, portadores de nuevas prácticas y esenciales para la valorización y la preservación de este frágil ecosistema. Por último, cuando Zahra asume un reto, el orden y la armonía que se restablecen en un lugar son una referencia subyacente a prácticas y usos que pueden informar la programación y el desarrollo futuros de la zona.
Aunque está totalmente escrita e ilustrada, la historia no puede contarse sobre el terreno de inmediato: estamos en marzo de 2020. A mitad del taller, el mundo acaba de entrar en la pandemia COVID-19. Tras una semana en la que los equipos se retiraron a los locales del Institut Français de Casablanca para finalizar su trabajo, la Fabrique du Lac cerró sus puertas con la esperanza de volver al año siguiente. La pandemia retrasó dos años el regreso sobre el terreno.
La narración de cuentos como medio de mediación y conversación con los residentes locales
En octubre de 2022, la 3ª edición del taller permitió finalmente presentar la historia en público. En colaboración con el Instituto Francés, se pidió al actor marroquí Mehdi Piro que asumiera el papel de narrador público y contara “Zahra y el monstruo del lago” en árabe dialectal a un público de niños locales. La preparación del espectáculo se integró entonces en las numerosas actividades educativas del taller, y durante varios días un pequeño grupo de alumnos diseñó y confeccionó el traje del monstruo que Mehdi Piro llevaría en el escenario. Se editaron carteles de los Djinns, los adyuvantes y los objetos mágicos, y se montaron en soportes para que pudieran ondear como estandartes durante el espectáculo.
Unos minutos antes del espectáculo, los estudiantes salieron al encuentro de los niños de la zona, repartieron barajas con la imagen de los Djinns y les invitaron a seguirles hasta el lugar del espectáculo. Como no habían conseguido la autorización administrativa necesaria para realizar un “paseo” alrededor del lago, el espectáculo tuvo lugar en la plaza situada frente a la Maison des Savoirs (el centro cultural local), donde se montó un espacio escénico reciclando mobiliario urbano efímero creado tres años antes por Bruit du frigo, que había resistido el paso del tiempo. Vestido como el Monstruo del Lago, Mehdi Piro recitó la historia de Zahra a un público bullicioso y receptivo de niños locales.
Esta primera representación permitió al equipo observar in vivo que esta forma de narración era un dispositivo de comunicación que captaba la imaginación de los niños, al tiempo que ofrecía oportunidades de exploración y enseñanza. La narración de ficción surgió como un medio de animar a los niños a imaginar su entorno cotidiano a través de los ojos de los protagonistas de la historia y sus aventuras. Los dilemas morales y las lecciones de vida que salpican el viaje de Zahra, sirven de base para un debate con los niños sobre la contaminación del lago y sus orillas. Por último, el pensamiento crítico que los niños necesitan para comprender las relaciones entre los personajes y las metáforas del cuento parecen ser estimulantes cognitivos que pueden utilizarse en la mediación.
Para la 4ª edición de La fabrique du Lac, prevista para noviembre de 2024, la historia será objeto de un espectáculo público de “paseo”, cuyo objetivo es seguir explorando la capacidad de la narrativa de ficción para cambiar la forma en que los residentes ven su entorno vital y crear las condiciones para una conversación sobre las formas en que puede transformarse.
Traducción de Daniel Narváez
Nota sobre el autor
Hocine Aliouane-Shaw es profesor en la École Nationale Supérieure d’Architecture et Paysage de Burdeos e investigador en el laboratorio CNRS-PASSAGES. Su práctica e investigación se centran en los procesos de colaboración para implicar a los residentes locales en la transformación de su entorno vital. Es miembro fundador de Bruit du frigo, un colectivo interdisciplinar que, desde 1998, lleva a cabo iniciativas en la encrucijada entre el arte, la arquitectura y el territorio, con el objetivo de fomentar la transición hacia un urbanismo sostenible, diseñado y compartido con los residentes locales.
Para citar este artículo:
Hocine Aliouane- Shaw. Transformar la visión que tienen los niños y las niñas de su entorno a través de los cuentos. Crítica Urbana. Revista de Estudios Urbanos y Territoriales Vol.6 núm. 30 Ciudades, infancias y juegos. A Coruña: Crítica Urbana, diciembre 2023.