Por Maricarmen Tapia |
Directora de Crítica Urbana |
CRÍTICA URBANA N.23 |
Urbanismo feminista es una provocación, una invitación a repensar nuestras disciplinas, metodologías y principios desde la eliminación de la discriminación por género.
Desde el marco de los derechos humanos, busca indagar y entregar elementos de decisión, diseño y planificación urbana y territorial desde el enfoque de género. No se trata de una especificidad, sino de la urgente necesidad de introducir de manera transversal la diversidad, con el fin de erradicar de nuestras prácticas profesionales y políticas toda reproducción de discriminación hacia las mujeres y disidencias.
Las brutales cifras de femicidios y violencia de género nos muestran que los avances son insuficientes. Estudios y estadísticas nos develan que la discriminación hacia las mujeres y disidencias está presente en todas las esferas de la vida. La arremetida conservadora que enarbola la bandera de antipolíticas de igualdad de género no nos puede dejar inmóviles, neutrales o ignorantes de los contenidos del movimiento feminista que durante cientos de años viene abriendo camino.
Urbanismo feminista molesta, asusta, pero no se trata sino de asumir esta discriminación estructural y desarmarla en las distintas piezas que articulan la naturalización de la desigualdad; las piezas de diagnóstico, de análisis y también de propuestas de diseño. Nos muestra cómo no invisibilizar, cómo no estigmatizar, cómo no reproducir roles, cómo reescribir nuestra historia y la historia de los lugares.
Urbanismo feminista plantea que el centro de nuestra organización social y hábitat debe estar en la reproducción de la vida. Ello implica centrar la llamada “funcionalidad” en cuestiones como educación, salud, alimentación y cuidado del planeta desde lo colectivo. Se habla de proximidad espacial, de escala humana, de recobrar el sentido de la comunidad y el sentido de trabajar para el beneficio común.
Esto implica nuevas lógicas de estructuración espacial, de usos y zonificaciones en los que la distancia y el tiempo importan cuando se trata de satisfacer nuestras necesidades. El tiempo importa si queremos criar y cuidar a los nuestros y el tiempo es necesario para compartir junto a otros.
Urbanismo feminista contiene todos los elementos de un modelo y podemos denominarlo así; pero urbanismo feminista es sobre todo una propuesta urgente de refundar los principios de nuestras ciudades y entornos de vida. ¿Te puedes considerar aún “no feminista”?
Nota sobre la autora
Arquitecta, doctora en Urbanismo por la Universitat Politècnica de Catalunya. Ha desarrollado su trabajo en las áreas de patrimonio y en planificación urbanística, tanto en el mundo académico como en instituciones públicas. Actualmente es investigadora posdoc María Zambrano en la Universidade Santiago de Compostela. Participa activamente en la defensa de los derechos de las personas en la ciudad y el territorio, a través de organizaciones, publicaciones e investigaciones. Es directora de Critica Urbana.
Para citar este artículo:
Maricarmen Tapia. Urbanismo Feminista para no feministas. Crítica Urbana. Revista de Estudios Urbanos y Territoriales Vol.5 núm. 23 Urbanismo Feminista. A Coruña: Crítica Urbana, marzo 2022.