Por Maricarmen Tapia Gómez |
CRÍTICA URBANA N. 33 |
En septiembre de 2023 se cumplieron 50 años del golpe de Estado en Chile. La conmemoración tuvo una intensa discusión sobre cómo abordar lo sucedido, acordándose finalmente el lema “Democracia es memoria y futuro”. Ganaba así la idea de que sólo la memoria – y su recuperación- podía consolidar nuestras democracias y mirar al futuro; no de espalda al pasado, sino desde la no repetición.
Desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismo se tomaron dos líneas de investigación y de restitución: la recuperación de la labor institucional del ministerio durante el gobierno de la Unidad Popular y la identificación de los funcionarios y funcionarias detenidos desaparecidos y ejecutados políticos. El trabajo se llevó a cabo gracias a un grupo de voluntariado. Como resultado, se realizaron dos recorridos urbanos por los proyectos realizados en aquel período, con sus protagonistas, un homenaje a las víctimas junto a sus familiares y la edición y presentación del libro 1970 – 1973 Ministerio de Vivienda y Urbanismo[1]
El fuego es un gran protagonista en esta historia, por la destrucción documental en las hogueras, en los desalojos y en los cambios de edificios en el momento de diluirse las corporaciones en las regiones. Había que comenzar a desenredar una madeja que nadie había querido ordenar y eso pasaba por develar heridas vivas y horrores que quisiéramos no haber conocido, ni, menos aún, que hubiesen sucedido.
Se recurrió a la Historia oral, que se fue corroborando con la constatación de los proyectos existentes, algunas publicaciones de entonces del propio ministerio, de la desaparecida revista AUCA, del Archivo Administrativo y de archivos personales.
Fueron los protagonistas, que querían explicar su alegría y orgullo de haber participado del período, quienes abrieron la puerta a un momento del que tenemos aún mucho que aprender. “Los mil días los viviría mil veces”, nos dijo en entrevista el arquitecto Raúl Bulnes, ex Jefe de Parques y Recreación de la CORMU, luego de transportarnos a esos mil días del gobierno, explicando cómo se había realizado una de las obras más emblemáticas, en tan solo un año: la remodelación del Parque O’Higgins, de 80 ha. como un gran parque para el pueblo, reinaugurado por Salvador Allende en noviembre de 1972.
El espíritu de la época, con épica e idealismo, guiaba a las y los jóvenes profesionales y obreros empleados por las corporaciones ministeriales. Querían erradicar la pobreza, dignificar a las familias en una colosal tarea de construcción de viviendas, barrio y ciudad. Sólo el entusiasmo puede explicar la creatividad frente a las barreras técnicas, los avances tecnológicos utilizados y la participación del voluntariado de estudiantes y pobladores que jugaron un rol crucial en todas las etapas de realización de los proyectos, consiguiendo plazos de ejecución aún hoy difíciles de alcanzar.
Un ministerio ejecutor
La estructura ministerial de entonces dista de la actual, reformada en dictadura y que ha perdido su capacidad de ejecución directa. Compuesto por una Subsecretaría y la Dirección General de Planificación y Presupuesto, contaba además con las corporaciones creadas en 1965, con funciones propias y capacidad ejecutora, que trabajaban coordinadamente en las distintas etapas de los proyectos: Consejo Nacional de la Vivienda; Corporación de Servicios Habitacionales (CORHABIT); Corporación de la Vivienda (CORVI), que era una empresa autónoma del Estado encargada del diseño y ejecución de proyectos habitacionales, equipamiento, remodelación y reconstrucción. La Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU), de la que fue director el Premio Nacional de Arquitectura 2017, Miguel Lawner; Corporación de Obras Urbanas; Caja Central de Ahorros y Préstamos y la Empresa de Agua Potable. Entre otras, cabe destacar la Oficina de Nacional de Pobladores con la participación directa de las y los pobladores en la resolución de necesidades de infraestructura, equipamiento o habitacionales.
Los presupuestos del ministerio superaban con creces los actuales: que representaban a un 21,7% del gasto público en el año 1971 y un 3,4% del Producto Geográfico Bruto del mismo año. Los esfuerzos se centraban en la erradicación de los campamentos (asentamientos informales).
La crisis provocada por el bloqueo económico y político impuesto por la oposición durante los meses anteriores al golpe de Estado no permitió alcanzar la totalidad de las metas propuestas.
El modelo de vivienda y ciudad
Según datos del Ministerio, en 1970 el 32% de las viviendas en Chile eran deficitarias, correspondientes a 592.324 viviendas, A esta cifra había que sumarle 85.000 familias habitando en campamentos y otras 65.000 en operación sitio, estas últimas familias que sólo contaban con un terreno en propiedad. Una de cada cuatro familias del país no contaba con acceso directo a agua potable.
La producción de vivienda se entendía entonces como un derecho básico de los y las trabajadoras. Estas viviendas, a su vez, eran parte de la construcción de una sociedad integrada y por ello los diseños incluían áreas verdes, zonas recreativas, vialidad estructurante y equipamientos.
Se mantuvieron y desarrollaron tipologías de edificios de 4 plantas, con viviendas entre 50 y 70m2. Se apoyó técnicamente a los procesos de autoconstrucción y se realizaron campamentos en tránsito para las familias a las que se les estaba construyendo sus viviendas. Para los proyectos que no se desarrollaban en áreas centrales se procuró que los conjuntos contasen con servicios básicos y bien conectados al transporte público
En 1971 la CORMU tenía 22 proyectos en ejecución, a iniciarse o en fase estudio que sumaban 27.743 viviendas. Uno de los proyectos destacados es la Villa San Luis (Ex Villa Compañero Ministro Carlos Cortés) que incorporaba 11.000 viviendas en 153 ha. , inserta en un barrio de altas rentas. Posteriormente al golpe militar, el proyecto fue cancelado, se terminaron sólo las obras iniciadas y cerca de mil familias fueron expulsadas durante diversos desalojos[2]. Hoy sus restos son Monumento Nacional.
De este período destaca también la construcción, de la sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo en el Tercer Mundo, UNCTAD III. Iniciado en 1971 demoraron 275 días en su construcción; hoy alberga el Centro Cultural Gabriela Mistral. En 1972 se realizó el Concurso Internacional de Remodelación del Sector Central de Santiago, que buscaba suturar la apertura de la autopista Ruta 5, al que se presentaron 87 proyectos de 25 países. También se realizaron el Encuentro Solidario de la Vivienda, celebrado en el edificio de la UNCTAD, y la Exposición de la Vivienda (VIEXPO), en el Parque de la Quinta Normal. La Exposición y Encuentro tuvieron como tema “La Vivienda como Programa Social en el Mundo Contemporáneo”
Los balnearios populares
Formaban parte de las medidas presidenciales asociadas al derecho al descanso, la recreación, la salud y el fomento del turismo popular. Realizados en coordinación con otros ministerios y servicios, se construyeron 16 balnearios entre 1971 y 1973, en cinco regiones del país. Tras el golpe de Estado, tres de ellos se habilitaron como campos de prisioneros políticos o centros de detención y tortura: el balneario popular de Rocas de Santo Domingo, el de Ritoque y el de Puchuncaví, que hoy son Monumento Nacional, gracias a una larga reivindicación de víctimas, familiares y amigos. Otros balnearios fueron vendidos a privados, reconvertidos o desmantelados.
Vivienda industrializada
Con motivo del terremoto de 1971, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas donó a Chile, una planta de viviendas prefabricadas, denominada K.P.D. por sus siglas en ruso “Edificación con Grandes Paneles”. Desde la primera entrega, en 1973, al cierre de la fábrica, en 1979, se construyeron 94 edificios y 1.806 departamentos de 64 y 74 m2 en las regiones Metropolitana y de Valparaíso. De acuerdo con distintas fuentes, en días posteriores al golpe de Estado, cerca de cien trabajadores fueron fuertemente reprimidos y llevados a centros de detención y tortura; al menos cuatro de ellos son detenidos.
Represión y Reparación
Durante el acto de homenaje a los y las funcionarias desaparecidas o ejecutadas, no hubo banderas ni himnos, sino sus nombres en nuestras bocas, herederos de esta historia. Hubo danza, silencio, volantines y flores de papel de colores que rodearon la placa de bronce con los nombres de los 30 detenidos desaparecidos y ejecutados políticos identificados. A ellos se suma el hallazgo de 30 dirigentas y dirigentes poblacionales víctimas de crímenes de terrorismo de Estado.
Para la identificación solo se utilizaron fuentes oficiales: Informe Retting; Informe Valech; Museo de la Memoria; Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación y Comisión Asesora Presidencial para la Calificación de Detenidos Desaparecidos, Ejecutados Políticos y Víctimas de Prisión Política y Tortura. Lamentablemente, muchos de estos listados no incorporaban el lugar de trabajo de las víctimas; tampoco se encontraron listados del funcionariado del periodo 1970-1973 y, por tanto, el listado se reduce a una pequeña parte de las víctimas.
La reacción de los familiares el día del homenaje fue mayor a lo que imaginamos y costó sostener un momento en que el Estado, tras 50 años, miraba a estas familias partidas. Participamos de un inicio de sanación. “Durante 50 años lloré en soledad” nos dijo un familiar y los agradecimientos nos colmaron de una emoción no esperada en una tarea que creíamos necesaria. Así ellos, como nosotros, pudimos liberar una parte del dolor que escribe la historia de Chile.
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Notas
[1] Descargar el libro «1970-1973 Ministerio de Vivienda y Urbanismo»
[2] Para más información, véase VVAA. La Villa San Luis, o quiénes escriben la historia. Crítica Urbana, vol.2, núm.7, julio 2019.
Nota sobre la autora
Maricarmen Tapia fue la encargada en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo de la conmemoración 50 años del golpe de Estado en Chile. Arquitecta, doctora en Urbanismo por la Universitat Politècnica de Catalunya. Ha desarrollado su trabajo en el análisis y diseño de políticas urbanas, tanto en el mundo académico como en instituciones públicas. Participa activamente en la defensa de los derechos de las personas en la ciudad y el territorio, a través de organizaciones, publicaciones e investigaciones. Directora de Critica Urbana. + artículos de la autora.
Para citar este artículo:
Maricarmen Tapia Gómez. Los mil días los viviría mil veces. Vivienda y ciudad en el Gobierno de Salvador Allende. Crítica Urbana. Revista de Estudios Urbanos y Territoriales Vol. 7, núm. 33, Memoria y ciudad. A Coruña: Crítica Urbana, septiembre 2024.