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El conjunto de viviendas que tiene esperanza en el nombre

14 diciembre, 2025

Por Tarcyla Fidalgo |
CRÍTICA URBANA N. 38 |

El Conjunto Esperança es un conjunto habitacional de 70 viviendas construidas por los propios residentes mediante un esfuerzo comunitario, utilizando una línea de financiación pública vinculada al programa brasileño de vivienda “Mi Casa, Mi Vida”.

Tras la lucha de los movimientos sociales, el programa mencionado comenzó a destinar un pequeño porcentaje de los fondos públicos para la producción de viviendas a proyectos autogestionados, como el que se muestra aquí. Este pequeño porcentaje de fondos pasó a formar parte del programa “Mi Casa, Mi Vida – Entidades”. Cabe destacar que Brasil se basa en una política de producción de vivienda social impulsada por el mercado, mediante subsidios garantizados por el gobierno a las empresas constructoras. Esta lógica, que somete la producción de viviendas a la lógica capitalista del lucro y la mercantilización de la vivienda, tiene consecuencias perjudiciales como la mala calidad de la construcción y la inadecuación geográfica y cultural de las viviendas destinadas a la población de bajos ingresos del país.

El programa “Mi Casa, Mi Vida – Entidades” representa precisamente un intento de cambiar este paradigma a través de la lucha social. Aquí, grupos organizados por movimientos sociales, tras recibir formación técnica y política, diseñan y construyen sus propias viviendas bajo la lógica de la vivienda como derecho y la autogestión como alternativa para empoderar a los residentes y permitirles apropiarse de sus territorios.

Conjunto Esperança es un ejemplo del éxito de este compromiso con la lucha social. Las casas se terminaron en 2014, tras cuatro años de construcción durante los cuales los futuros residentes construyeron sus casas sin saber cuál sería la suya. Este tipo de construcción, combinado con la formación política, creó lazos de solidaridad y pertenencia que han sido fundamentales para la cohesión del grupo durante los últimos 11 años, a pesar del descenso de la movilización en los últimos años tras la entrega de llaves.

Comunidad Esperança. Celebrando la pintura del muro hecha por los propios moradores con apoyo de un profesional. Foto: Catalytic Communities.

De hecho, la entrega de llaves y la consiguiente individualización de las viviendas provocaron un mayor aislamiento de los residentes en sus contextos personales, además de propiciar el surgimiento de conflictos vecinales. Muchos residentes, al adquirir sus viviendas, comenzaron a sentirse seguros en su situación y, en consecuencia, a cuestionar acuerdos preestablecidos, como el mantenimiento de las fachadas, el uso de los espacios comunes y la permeabilidad del suelo.

Sin embargo, los conflictos no lograron desmovilizar por completo a la comunidad que se había formado allí, ya que los residentes actuaron colectivamente en varias ocasiones para defender su territorio y promover mejoras urbanas y habitacionales. Ejemplos de acción colectiva incluyeron la adquisición de un huerto urbano para garantizar la alimentación de los residentes, la colaboración con el modelo de fideicomiso de tierras para una formalización que restaurara los convenios colectivos, y las obras en torno a la construcción de un centro comunitario, un espacio dedicado a actividades colectivas para la generación de ingresos, la promoción de la salud, la memoria y la movilización vecinal. La última y más importante batalla fue contra la milicia, un grupo armado que logró controlar el territorio que rodea las casas y comenzó a amenazar directamente a los residentes de Conjunto Esperança. Se denomina milicia a los grupos que ejercen control territorial mediante la extorsión a los residentes, cobrando por servicios públicos y privados y el uso de áreas comunes. En los últimos años, la milicia se ha convertido en una de las principales fuerzas de poder paralelo en la ciudad de Río de Janeiro, controlando casi la mitad de su territorio.

Después de una reunión con los residentes para decidir los términos del Estatuto Social de la entidad que va a gerenciar el territorio. Foto: Catalytic Communities.

En este escenario, los residentes necesitaban reforzar sus estrategias de movilización y conseguir apoyo externo para resistir el avance de la milicia en su territorio. Así, además de las reuniones colectivas periódicas, los residentes recurrieron sistemáticamente a la presencia de apoyo externo en el territorio como forma de demostrar que el espacio estaba bajo vigilancia de organizaciones y agentes externos, protegiéndose así de la influencia de la milicia. Otra estrategia ampliamente utilizada fue sensibilizar a los residentes sobre las amenazas y los riesgos del territorio, evitando que cualquier comportamiento permisivo de una minoría comprometiera la integridad territorial de todo el grupo.

La experiencia brevemente descrita aquí ofrece una serie de lecciones aprendidas y estrategias fundamentales para el éxito de la iniciativa, más allá de la construcción de viviendas. De hecho, en el caso presentado, el éxito se relaciona con el mantenimiento de los acuerdos sociopolíticos creados durante el proceso formativo del trabajo colectivo, que aportan una perspectiva desmercantilizada a la vivienda. Como se ha visto, el mantenimiento de estos acuerdos enfrenta numerosos desafíos continuos, desde la desmovilización de los residentes como resultado de la individualización de las viviendas hasta las amenazas de grupos armados que buscan afirmar el control del territorio. Superar estos desafíos, aunque nunca definitivos, requiere la resiliencia del grupo para idear estrategias diferentes capaces de mantener la cohesión interna y utilizar a los apoyos externos como garantes de los pactos colectivos y de la salud del territorio.


Nota sobre la autora

Tarcyla Fidalgo es abogada y urbanista, activista por la vivienda y asesora de movimientos sociales. Su principal área de investigación es la economía política del suelo y los bienes comunes urbanos, con énfasis en el modelo de los Community Land Trusts. Más artículos de la autora en Crítica Urbana.

Para citar este artículo:
Tarcyla Fidalgo. El conjunto de viviendas que tiene esperanza en el nombre. Crítica Urbana. Revista de Estudios Urbanos y Territoriales Vol. 8, núm. 38, Conquistas ciudadanas. A Coruña: Crítica Urbana, diciembre 2025.

Critica Urbana n. 38
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